Fabian Andrés Salazar Jaramillo.

Mi familia vive en Buga, está conformada por mi abuela, mi hermano y mi primo. Mi hermano y mi primo trabajan en una clínica y mi tía hace todo lo que se pueda hacer, yo me sostengo con un subsidio de la beca. 

Yo nunca tuve las posibilidades de pensar que iba a estudiar en una Universidad, en mi colegio me iba muy bien, era buen estudiante y tenía buenas notas. Yo esperaba tener buen desempeño en el ICFES y aspirar a una de las becas de Pilo Paga y así fue, presenté el ICFES y pude acceder a la beca de Pilo Paga; cumplí mi sueño de entrar a la Javeriana a Ing. Electrónica, con la ilusión de ser profesional. Pero las cosas no se estaban dando bien, mis profesores decían que tenía buenas notas, pero para mí no era suficiente, creo que no hice bien la elección de carrera, entonces en 5o de Ing. Electrónica decidí abandonar la carrera, porque no tenía ganas de seguirla estudiando, estaba frustrado. Un año después me llamaron de la Universidad, me dijeron que podía tener la oportunidad de tener la beca Reina de la Paz, hice la entrevista y todo el proceso y, gracias a Dios, pude obtenerla. Ahora, estoy en 7o de la carrera de Economía. 

Si no hubiera tenido la oportunidad de Reina de la Paz, no sé qué hubiera pasado, hubiera encontrado un trabajo por ahí, me hubiera quedado como sin rumbo, como a la deriva.  

La beca me obsequia un subsidio para mis gastos de alimentación y transporte y por mis condiciones me brinda la posibilidad de pagar alquiler. Esta beca es bastante inspiradora, saber que alguien de forma anónima y solidaria te ayuda de esa manera tan grande, claramente, inspira a que cuando tú tengas la posibilidad de ayudar, lo hagas sin medida. 

Desde la parte social de mi carrera es muy posible que yo también pueda aportar en ese ámbito social y educativo, también me gustaría, si puedo tener las posibilidades de ayudar a otra persona a estudiar, hacerlo.  

Yo podría decir que se valen las segundas oportunidades, pues esta oportunidad que me ha dado la Universidad y el benefactor ha sido una bendición, un gran alivio para poder seguir soñando, seguir creciendo, tener alguna aspiración en la vida a largo plazo y tener la intención de ayudar a otros.